En los últimos años hemos sido testigos de una transformación de concepto “cool”, un término que parece que nunca pasa de moda y que se ha convertido en blanco de una necesaria transformación.
Pero tranquilo. “Cool” sigue teniendo que ver con la estética. Pero también mucho con la confianza que genera el producto o servicio con el que intentamos asociarlo. Pero cuidado. Desde que el propósito se ha convertido en el timón de las estrategias de branding el espíritu “cool” se está dejando de lado.
Nos encontramos inmersos en una era en la que parece que todas las marcas que quieran tener un propósito deben mostrarse serias. Han de conseguir representar realmente algo para el mundo y las sociedades en las que operan y parece que eso ha eliminado la tan necesaria frescura.
Se ha asumido de forma equivocada que hacer que nuestra marca cuente con un propósito supone eliminar cualquier dosis de genialidad, espontaneidad y frescura. Nada más lejos de la realidad. Las marcas “cool” son ahora más necesarias que nunca.
El propósito de marca no está reñido con ser “cool”
El que su marca cuente con un propósito bien definido no tiene nada que ver con ser más o menos “cool”. No afecta. Y el mejor ejemplo son algunas de las campañas realizadas por Absolut.
Con “Equal Love” quisieron romper todas las reglas del propósito de marca. Una combinación de la sensualidad de los anuncios de Levi’s con el espíritu de Tarantino. “Queríamos ser sensuales y radicales. Mostrar el orgullo de dar visibilidad a quienes no la tienen siendo frescos y decididos. Y queríamos hacerlo con confianza en un tema en el que realmente creemos porque el propósito debe generar convicción. Nunca retenerla”, explican desde la marca.
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